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¿Cuáles son las estrategias efectivas para gestionar el capital circulante?

Tabla de Contenidos
¿Qué es el capital circulante y cómo se calcula?
Para qué sirve conocer el capital circulante?
10 formas de aumentar el capital circulante

En el día a día de la gestión empresarial hay un término que a menudo se pasa por alto pero que es crucial para la salud financiera: el capital circulante. Este indicador, también referido en ocasiones como fondo de maniobra, es un factor determinante para anticipar la capacidad de una compañía para afrontar recesiones u otros eventos imprevistos. En este artículo explicaremos su importancia y ofreceremos estrategias prácticas para impulsarlo y asegurar así la estabilidad financiera de tu negocio.

¿Qué es el capital circulante y cómo se calcula?

El capital circulante es la piedra angular que sustenta la capacidad de una empresa para disponer de dinero en momentos cruciales. En términos sencillos, es la diferencia entre los activos a corto plazo (o corrientes) y pasivos a corto plazo (o corrientes) de un negocio, y que por tanto combina todos los elementos susceptibles de convertirse en efectivo en un plazo inferior a un año (activos) menos las obligaciones contraídas a menos de un año (pasivos). Este abanico de activos incluye existencias de materias primas, productos terminados, derechos de cobro y dinero. Los pasivos corrientes incluyen cuentas a pagar de proveedores, acreedores y también la deuda bancaria de pólizas, líneas de descuento, etc.

Es fundamental destacar que el capital circulante no debe confundirse con el activo fijo, que abarca elementos que no pueden convertirse fácilmente en efectivo y están destinados a servir a la empresa a largo plazo. Ejemplos de estos activos fijos incluyen bienes raíces, edificios, así como activos intangibles como patentes o marcas comerciales.

Para ilustrar este concepto, consideremos un fabricante con activos corrientes (efectivo, inventario, facturas pendientes de cobro…) por valor de 500.000 euros. Si restamos los pasivos corrientes (facturas e impuestos pendientes de pago, pólizas dispuestas…) por valor de 120.000 euros, el capital circulante resultante sería de 380.000 euros. Contar con un capital circulante positivo es indispensable para la estabilidad financiera en el corto plazo. Si es negativo se verá reflejado en el día a día como tensiones de tesorería y dificultades para atender los pagos corrientes.

¿Para qué sirve conocer el capital circulante?

Entender y gestionar correctamente el capital circulante es esencial para la salud financiera de las empresas. Aquí hay algunas razones clave por las cuales este conocimiento es fundamental:

  • Salud Financiera: Un capital circulante positivo indica que la empresa está en una posición sólida para afrontar sus deudas a corto plazo.
  • Cadena de Suministro: El capital circulante afecta directamente a la capacidad de adquisición, la relación con los proveedores y la continuidad operativa.
  • Rating Crediticio: Tener un fondo de maniobra positivo facilita la obtención de créditos, demostrando la capacidad de la empresa para devolverlos al carecer de tensiones en el circulante.

10 formas de aumentar el capital circulante

Ahora que entendemos la importancia del capital circulante, surge la pregunta inevitable: ¿cómo podemos aumentarlo? Aquí te presentamos diez estrategias prácticas para impulsar tu capital circulante:

  • Asumir deudas a largo plazo: Aumentar los activos corrientes sin incrementar significativamente los pasivos corrientes.
  • Refinanciar deudas de corto a largo plazo: Reducir los pasivos corrientes al extender el vencimiento de las deudas (pasar a ser deudas con vencimiento superior a un año).
  • Vender activos ilíquidos: Convertir activos no líquidos, como propiedades, en efectivo para aumentar el capital circulante.
  • Análisis y reducción de gastos en la cadena de suministro: Identificar áreas de mejora mediante indicadores logísticos.
  • Optimizar la gestión del inventario: Utilizar software de gestión de almacenes para un control exhaustivo o revisar el ciclo de explotación para reducir la inversión en stock.
  • Automatizar cuentas y seguimiento de pagos: Aumentar el flujo de efectivo mediante una gestión eficiente.
  • Aprovechar el EOQ (Orden Económica de Compra): Utilizar modelos como el de Wilson para optimizar las cantidades de pedido y garantizar la disponibilidad.
  • Negociar con proveedores y clientes: Acuerdos que afectan directamente al capital circulante, como la prolongación de plazos de pago o planes de pago a los clientes.
  • Revisar el nivel de servicio: Evitar grandes inventarios que inmovilizan el capital circulante.
  • Mejorar la planificación de la demanda: Utilizar software especializado para prever y satisfacer la demanda.

Comprender y gestionar el capital circulante no es simplemente una tarea contable, sino un elemento esencial para la estabilidad financiera de cualquier empresa. Un capital circulante saludable no solo proporciona flexibilidad financiera, sino que también impacta directamente en la capacidad de la empresa para enfrentar desafíos operativos y aprovechar oportunidades de crecimiento.

Así que, ¿estás listo para optimizar la gestión de tu capital circulante? Al implementar estrategias inteligentes y mantener un control constante, estarás fortaleciendo las bases financieras de tu negocio y allanando el camino hacia un futuro más próspero. ¡Confía en A2 Capital para dar alas a tu crecimiento!